Según informaron a Servimedia fuentes asistentes, Zaplana tomó la palabra tras las intervenciones de José María Aznar y Javier Arenas para destacar la "disminución muy notable" del número de asistentes a las movilizaciones ciudadanas de este fin de semana.

Zaplana interretó que el escaso éxito de las manifestaciones se debe a que los españoles han entendido que una cosa es estar en contra de la guerra y otra distinta la política "demagógica e interesada" que están protagonizando Izquierda Unida y el Partido Socialista.

Matizó, no obstante, que eso no significa que se haya producido un cambio de opinión en la sociedad, sino que han "comprendido" la posición del Gobierno y han visto los verdaderos intereses de la oposición.

Por su parte, el presidente del Gobiern, José María Aznar, señaló que la comunidad internacional está en estos momentos en un "compás de espera" de pocas horas para ver si Sadam Husein opta entre el desarme o el exilio. En caso de que ambas fracasasen, la única opción que quedaría sería la intervención militar.

Además de Zaplana, Aznar y Arenas, tomaron la palabra en la reunión el eurodiputado Aleix-Vidal Quadras, Mariano Rajoy, Celia Villalobos, Luis de Grandes, Federico Trillo, Loyola de Palacio y Jaime Mayor Oreja. Todos ellos, según la fuentes consultadas, respaldaron la posición del Partido Popular y del Gobierno.

No hubo discrepancias ni diferencias entre los intervinientes en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional, en la que esta vez no tomaron la palabra ni el vicepresidente segundo, Rodrigo Rato, ni el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. Ambos salieron en defensa de la posición de Aznar hace dos semanas en la Junta Directiva Nacional, pero esta vez guardaron en silencio. Rato tuvo que ausentarse ants de tiempo para acudir a un acto y Gallardón venía de dejar bien clara su posición en una emisora de radio.

Por su parte, el ministro de Defensa, Federico Trillo, llevó a cabo un análisis "jurídico y político" de las resoluciones aprobadas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y de las leyes internacionales que afectan a una posible intervención en Irak. Según Trillo, la resolución 1.441 letigima el ataque sin necesidad de otro permiso de la ONU.