Sin llegar a culpar drectamente a los socialistas de estar detrás del vandalismo contra las sedes del PP o contra la Policía durante los actos para protestar por la guerra, Rajoy sí ha aprovechado la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros para acusarles de calentar el ambiente.

Según el "número dos" del Ejecutivo, el equipo de Zapatero es "enormemente endeble" por sus pocas convicciones e ideas. Sólo así se explica que haya rechazado de nuevo la oferta de consenso que hizo ayer José María Aznar, justo cuando toa la UE ha cerrado filas para reforzarse a sí misma y a la ONU, con el argumento de que la confrontación guerra sí o guerra no ya es cosa del pasado.

Frente a esta actitud "constructiva", dentro de España el PSOE condiciona al consenso (en temas como la contribución española al Iraq post-sadam) a reivindicaciones incumplibles, como vetar el acceso de EEUU a las bases aéreas de utilización conjunta o el regreso de las tropas españolas.

A juicio de Rajoy, eso es ejemplo de "marginalidad" de un partdo que tiene "exceso de radicalismo, de planteamiento en la calle, de reivindicación, de pancarta". El PSOE de hoy tiene unos planteamientos, insistió, que no practicaba desde que abandonó el marxismo en el XXVIII Congreso (1979) y que le llevan a "sobrepasar a IU en radicalismo".

"Tiene que hacer una reflexión porque, se puede discrepar, pero no se puede estar constantemente en las barricadas. El PSOE tiene la obligación de ser un partido con equilibrio, con mesura, con propuestas y con sensatez, y n estar todo el día llamando a la crispación", remachó. Y "no está dando la talla" porque tendría que haber condenado los actos vandálicos contra los populares.

"Lo que se ha hecho, en el caso del Prestige, y ahora, es justamente lo contrario: atizar todos los fuegos y, en ocasiones, jugar con la buena fé de mucha gente que no está de acuerdo (con la guerra) o, en el caso del Prestige, con actuaciones del Gobierno", concluyó al respecto.

Un planteamiento muy diferente del de CiU, en opinión del potavoz del Ejecutivo, ya que esta coalición "no dice no a todo". No apoya al Gobierno, pero su máximo dirigente, Jordi Pujol, ha escrito un artículo en "La Vanguardia" alabando la coherencia de José María Aznar en la crisis.

"PREOCUPACION" POR LA CRISPACION

Y es que el Gobierno demostró hoy "preocupación" porque se generen los incidentes de los últimos días, llevados a cabo por grupos radicales que intentan "arrimar el ascua a su sardina". Agresiones como las que sufrieron sedes del PP en Getafe (Madid), Palma de Mallorca o el apedreamiento al candidato a alcalde de Burgos, Juan Carlos Aparicio, tienen que terminar, dijo Rajoy.

El vicepresidente afirmó desconocer si al diputado del PSOE Jaime Lissavetzky le había registrado el coche ayer la Policía durante las protestas en las inmediaciones del Congreso, pero sí remarcó que los manifestantes "debe saber que tienen derechos pero también deberes".

Mariano Rajoy defendió la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que cargaron conra manifestantes anti-guerra que cargaron en Madrid en Plaza de Neptuno. Recordó que nadie puede arrogarse el derecho de cortar la nacional VI, en su kilómetro 4 (salida de Madrid), como hicieron ayer miles de estudiantes para protestar contra la guerra y creando un monumental atasco.

El vicepresidente primero no quiso referirse al respaldo explícito que este mediodía ofreció el Rey a las decisiones del Gobierno con el argumento de que "lo que dice el Rey no es objeto de comentarios por mi pate ni delGobierno tampoco".