Llamazares afirma, evocando también la muerte ayer de Julio A. Parrado, que "cuando la voz de un periodista se apaga, cuando la mirada experta e independiente de un cámara de televisión se interrumpe de un modo tan brutal, debemos negarnos a que también desaparezcan sus escritos y las imágees por las que han dado lo más preciado que tiene un ser humano: su vida o su integridad física".

"Estoy convencido", añade Llamazares, "de que los periodistas y trabajadores de la información, como en este caso José y Julio, son el rostro y la voz viva y palpitante de la ciudadanía y de sus preocupaciones. Cuando uno de ellos se va o queda fuera de combate, todos salimos perdiendo. Gracias a personas como ellas, la opinión pública sigue confiando en el verdadero periodismo".

Llamazares concluye ransmitiendo a los responsables de Telecinco su seguridad en que, "frente a quienes practican la manipulación informativa o la censura, seguiréis indagando en la búsqueda de la verdad, porque la muerte de un testigo no ha de ser nunca la muerte de la verdad. A la espera de que la paz y la concordia sean las que prevalezcan algún día en el mundo, reciban un cariñoso abrazo".