El capitán de navío Enrique San José, comandante del "Galicia", explicó a Servimedia desde Um Qasr que la cincuentena de militares que trabajarán en ese hospital, con un módulo de 40 camas, estarán custodiados por las troas estadounidenses, y no por los infantes de marina destinados a la protección del resto del contingente.

Entre los miles de recluidos en el citado campo se encuentran no sólo prisioneros de guerra, sino también refugiados, según San José, quien mostró su esperanza en que las necesidades sanitarias que presenten no sean extremadas, dado que "se trata de gente joven".

Mientras tanto, la actuación de los militares españoles en el puerto y la población de Um Qasr es cada vez más organizada y se alej del caos de los primeros días, gracias sobre todo a la intervención coordinada con los líderes sociales y religiosos de la ciudad, especialmente el imán.

La atención hospitalaria no se lleva a cabo directamente en el buque español, sino que una veintena de médicos acuden al hospital civil de la localidad, donde prácticamente no había facultativos porque habían huído con la guerra. Allí atienden a los enfermos, principalmente niños, y sólo los que requieren de una intervención quirúrgica son trasladads al "Galicia" y operados a bordo.

En cuanto al reparto de ayuda humanitaria, ya no se producen los incidentes del primer día, e incluso los militares españoles, en colaboración con el imán de la localidad, reparten casa por casa alimentos a las familias necesitadas.

Sin embargo, el comandante del "Galicia" explicó que la ayuda humanitaria no es la principal necesidad de los habitantes de Um Qasr, sino que lo primero que requieren es "orden" y "ayuda sanitaria" y, a medio plazo, la reconstrucciónde las escuelas, ya que de 35.000 habitantes, cerca de 10.000 son niños que ahora mismo están en la calle, sin nada que hacer.

Con respecto al orden, San José explicó que los militares británicos controlan la ciudad y el puerto nuevo y los españoles el puerto viejo, donde el "Galicia" es el único barco atracado. Pero resaltó la necesidad de que sea la propia sociedad civil de Um Qasr la que se organice cuanto antes y colabore en el mantenimiento del orden, que, por otra parte, es mucho más estable queen Bagdad o Basora.

LABORES DE PROTECCION

Los 120 infantes de marina son quienes se encargan de dar protección al contingente español, tanto a bordo del buque como en sus desplazamientos sobre la zona, ya sea al hospital o a repartir ayuda humanitaria. Donde no acudirán será al hospital de campaña del campo de refugiados, que estará bajo protección norteamericana.

También han actuado los equipos especializados en guerra nuclear, bacteriológica y química (NBQ) y los desactivadores de minas, que iempre han de inspeccionar el terreno por el que vayan a trabajar los militares españoles. Todos las inspecciones de los especialistas en NBQ han sido negativas, según San José, y tampoco los desactivadores han encontrado minas antipersonas.

En cuanto a la reconstrucción de las escuelas, el responsable español consideró que se comenzará "a medio plazo", aunque tampoco tendría por qué retrasarse mucho, ya que la unidad de zapadores desplazada está sin actividad y a la espera de que le encomienden labors de este tipo.

REGRESO DEL PETROLERO Y LA FRAGATA

El capitán de navío explicó también que el "Galicia" ya ha resuelto todas sus necesidades de protección y abastecimiento al estar atracado en Um Qasr y que, por lo tanto, ya no es necesaria la presencia de la fragata "Reina Sofía" y el petrolero "Marqués de la Ensenada", que no han llegado a atracar en Iraq y siguen en aguas del Golfo Pérsico.

Por ello, ambos buques saldrán de la zona próximamente. El petrolero regresará a España y la "Reina Soía" podría incorporarse a la Operación Libertad Duradera en el Océano Indico, cerca del Cuerno de Africa.

La Unidad Conjunta de Apoyo Humanitario está formada por 899 efectivos, repartidos en los tres barcos, el 67 por ciento de los cuales son personal de tropa y marinería y el resto oficiales y suboficiales. El 10% de la dotación está compuesta por mujeres.

El capitán de navío San José aseguró que la moral del destacamento es "muy alta" y que incluso los marineros que no tienen misiones encomenddas se ofrecen voluntarios para colaborar con sus compañeros en las tareas sanitarias o de reparto de ayuda.

La situación negativa que más afectó al contingente fue, destacó San José, la muerte de un bebé de tres días que entró en el buque hospital con una gravísima malformación congénita intestinal.