Bono celebró la caída de Sadam Husein, si bien recordó que "el medio utilizado no puede, en modo alguno, alcanzar la cualidad moral de lícito porque el fin de la caída del régimen dictatorial de Husein sea la consecuencia".

Añadó que espera que las empresas que están pensando en el enriquecimiento por la reconstrucción o en la apropiación de los beneficios del petróleo, riqueza natural de los iraquíes, no se produzca y que "la riqueza del país beneficie a los ciudadanos de Iraq, que bastante han padecido con el embargo, con el tirano y con la guerra".

Respecto a la postura del Gobierno español, Bono reiteró que "no debería haber jugado ningún papel en una guerra ilícita e inmoral", sino "atender a su opinión pública que no etiende qué pinta España dándole una patada a la legalidad internacional"

En este sentido, el presidente castellano-manchego confía en que pueda "restablecerse la legalidad internacional y que España no quede esta posición desairada e incluso ridícula respecto a la Unión Europea".

Por otro lado, Bono mostró su preocupación por la situación en que ha quedado la Organización de Naciones Unidas y porque el derecho internacional haya hecho buena "la máxima de que lo que hoy impera no es la ley, sino l ley del imperio, la que ha impuesto el imperio de los Estados Unidos".