Para García Campos, la Constitución y las leyes orgánicas sobre la Dfensa Nacional atribuyen al presidente del Gobierno la dirección de la guerra y no vio la necesidad de que la decisión de enviar tropas a la zona del conflicto sea ratificada por el Parlamento, puesto que entra dentro de las competencias del Ejecutivo.

En declaraciones a Servimedia, el experto militar indicó que el despliegue del contingente español sobre Iraq significará que España "interviene en una guerra", pero no que "está en guerra". Recordó además que el término "declaración de guerra" está en esuso, puesto que "la última vez que se utilizó fue en 1939".

García Campos no vio ningún problema en que el contingente español, bajo mando del jefe del Estado Mayor de la Defensa, el almirante Antonio Moreno, se integre a su vez en el mando de la coalición internacional liderada por Estados Unidos y encabezada por el general americano Tommy Franks.

A su juicio, las tropas españolas formarán parte de esa coalición porque así lo ha establecido el presidente del Gobierno, José María Aznar, en funcón de sus competencias y actuarán con la limitación, impuesta también por el Ejecutivo, de no participar en acciones de ataque, sino solo en tareas humanitarias o de defensa propia.

Igualmente, tampoco vio inconvenientes en la posibilidad de que los médicos militares españoles atiendan a prisioneros de guerra iraquíes, que serían custodiados por fuerzas españolas siguiendo instrucciones de la cadena de mando encabezada por el general Franks.

Por su parte, Manuel Coma, investigador principal del Aea de Seguridad y Defensa del Instituto Elcano, tampoco vio problemas legales en que los militares españoles se desplieguen en Iraq mientras dura la guerra y bajo mando estadounidense.

En su opinión, plantear ahora la legalidad o ilegalidad de esta misión es únicamente un arma política a utilizar por quienes están a favor o en contra de la intervención española.