IRAK. UN TEOLOGO JESUITA DICE QUE LOS ELECTORES NO DEBEN VOTAR A PARTIDOS QUE HAYAN PERMITIDO EL USO DE LAS BASES PARA LA GUERRA

MADRID
SERVIMEDIA

El teólogo jesuita José Ignacio González Faus ha afirmado que "desde el punto de vista de la moral cristiana, los jefes de Estado están hoy obligados a negar el uso de sus bases" para la guerra contra Irak, y considera que "los eectores no deben votar a partidos que hayan hecho eso".

Según informó hoy la Agencia de Noticias de Vida Religiosa (IVICON), a estas dos conclusiones llega este teólogo jesuita después de haber analizado la moral tradicional sobre la guerra y su incumplimiento, y que recoge el artículo "Irak, ¿guerra preventiva?" publicado en la revista de la Compañía de Jesús de Cataluña "Cristianismo y Justicia".

"No vale para evitar esa obligación refugiarse en evidencias que nadie niega (como que entre la tirnía y la libertad yo escojo la libertad ), como tiende a hacer nuestro presidente (José María Aznar) con respuestas esloganísticas, que merecerían figurar en una de esas antologías cómicas que reproducen respuestas de nuestros escolares en sus exámenes", afirma González Faus.

El teológo jesuita, que alude también al "afán de todos los segundones por medrar al lado del poderoso", aclara que "la discusión sobre si Irak tiene o no tiene armas es una cortina de humo, pues aunque las tuviera no estaría jusificada la guerra".

Al recordar la enseñanza del Concilio Vaticano II sobre la guerra, el teólogo jesuita señala que "en la nueva situación mundial de globalización y de armamento atómico la antigua moral tradicional sobre la guerra se queda insuficiente, pero puede que no esté de más mostrar que el ataque que ahora quiere desencadenarse contra Irak, y ante el que Europa, cuna del derecho de gentes se ha mostrado tan cobarde, no puede justificarse ni siquiera con los criterios de la guerra antigua ". González Faus echa por tierra el argumento de que si Sadam Hussein no tiene armas, las puede tener; y si las tiene, las puede usar contra nosotros, porque, a su entender, esas dos condiciones "ya justifica centenares de bombardeos, miles de muertos, poner en Irak otro dictador, pero que sea títere, y quedarse con la mitad de su petróleo".

Al respecto, el teólogo añade que "una democracia no juzga sobre la santidad de las causas, sino sobre los medios con que se las quiere llevar a cabo".

LA CULTRA DEL MIEDO

Para González Faus, "después del 11-S hemos pasado de una cultura que creía ser más o menos de libertad a una cultura del miedo. "En la cuestión de Irak se han aliado la evidencia del miedo (que es una de las más peligrosas, y que, como todas las evidencias, es irrefutable) y la lógica del poder, que aprovecha en beneficio propio el pánico de los demás, sembrado quizás por ella misma".

Ante la guerra contra Irak, González Faus valora la postura de Francia al unirse con Alemania, "aunue sea a costa de la sospecha de que, en ambos casos, los motivos puedan no haber sido del todo puros, en alusión a la crisis económica en Alemania y al precontrato para adquirir el petróleo de Irak una vez superado el embargo, en el caso de Francia".

Sobre la política internacional norteamericana, el teólogo piensa que "el imperio sólo busca en las Naciones Unidas una cobertura para sus desmanes, cuando le conviene, y las ignora también cuando le conviene, al mencionar las más de 90 resoluciones de l ONU que no han sido respetadas, entre ellas las 32 quebrantadas por Israel y 24 por Turquía, dos países que Estados Unidos considera muy útiles para lo que llama sus intereses vitales".

En este sentido, González Faus piensa que "una autoridad mundial no puede tener esa doble vara de medir. Y aquí se percibe la lucidez del Vaticano II cuando concluye que el único modo de evitar la guerra es el establecimiento de una autoridad internacional fuerte e independiente".

En cuanto a la relación entre elterrorismo y la guerra, opina que "creer que se lucha contra el mal total es la mejor manera de pervertirse. Y los imperios tienen necesidad de enemigos absolutos y de ejes del mal para llevar adelante sus ambiciones. Sangre por petróleo sigue siendo la mejor definición de esa política". De este modo, concluye que "combatir la guerra contra Irak no es hacer el juego al terrorismo".

(SERVIMEDIA)
04 Mar 2003
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