Los representantes españoles, que trabajaban en turnos de tres meses, formaron parte del Grupo de Misiles en Bagdad, constituído por un inspector jefe y otros cuatro miembros de diferentes nacionalidades.

La misión consistía en una inspección diaria a instalaciones industriales que tuvieran un mínimo de relación con la fabricación de misiles, laboratoro de experimentación de tecnologías afines e incluso recintos militares, con el fin de controlar los elementos sujetos a la vigilancia de UNSCOM, de acuerdo a la Resolución 687 del Consejo de Seguridad de la ONU.