El pasado 22 de enero Llamazares envió una carta a Argyros en la que transmitía su preocupación por el despliegue bélico de su país y expresaba el rechazo de la coalición a la guerra como solución a los conflictos.

"Creo que compartimos el objetivo común de un Irak democrático y estable, librede armas de destrucción masiva, que deje de plantear una amenaza a sus vecinos", le responde el embajador.

"Respeto su decisión de oponerse a la acción militar a cualquier precio, pero debo discrepar respetuosamente. Mantener la credibilidad de las Naciones Unidas y la relevancia del derecho internacional merece un sacrificio. Las generaciones futuras juzgarán con dureza si el mundo no actúa ahora para preservar a largo plazo las instituciones multilaterales que hemos creado para mentener la estabilidd y la paz", añade.

El embajador asegura que la guerra "nunca es una decisión tomada a la ligera. Los costes son altos. Sin embargo, mi gobierno cree que la alternativa, un régimen irresponsable en posesión de armas terribles e ilegales bajo el derecho internacional, acompañado de los restos quebrantados de nuestras instituciones multilaterales, ineficaces e irreparables a causa de más de una docena de años de falta de acción frente al desafío de Irak, es un precio demasiado alto a pagar para una paz lusoria a corto plazo".

La carta prosigue con un deseo de que Irak ponga fin a su represión política interna y a sus esfuerzos por desarrollar armas de destrucción masiva, y asegura que la comunidad internacional ha mostrado una paciencia "notable" con Irak y le ha dado innumerables oportunidades de regresar a los estados respetuosos con la ley.

"Sin embargo, la experiencia ha mostrado al mundo que el régimen irakí responde sólo ante la amenaza real de graves consecuencias". En este punto, reiter que la labor de los inspectores requiere la cooperación de las autoridades de Bagdad.

Argyros concluye su carta sentenciando que no existe duda del "desafío continuado" de Irak a la comunidad internacional. "Lo que está en juego, sin embargo, es la credibilidad de la ONU y la capacidad de las instituciones multilaterales para hacer frente a las amenazas que acechan al mundo".