El texto indica que las meidas de control en el exterior del Parlacio del Congreso "son competencia de la Delegación del Gobierno" que, en cada ocasión y valorando las circunstancias del momento, "decide cuáles son las más oportunas".

En cuanto al procedimiento de acceso a la Cámara para los invitados a presenciar el pleno, "se aplicaron exactamente las mismas que se realizan habitualmente en todas las sesiones plenarias", asegura la nota.

Estas cautelas tienen la finalidad de "evitar que se pueda acceder a la Cámara con bjetos que puedan ser arrojados al Hemiciclo o perturbar el normal desarrollo de la sesión".

Al ser el de ayer un debate de "especial relevancia" y estando prevista la asistencia de "un número considerablemente mayor de personas que en otras ocasiones, fue necesario adoptar medidas excepcionales que asegurasen el normal desarrollo de la sesión", al tiempo se "facilitaba" el acceso a los numerosos invitados.

Según informa la Cámara las medidas excepcionales adoptadas ayer fueron las de abrir el cotrol de acceso a las tribunas de invitados con 40 minutos de antelación, en vez de los 25 minutos habituales, y duplicar el número de policías encargados del control de entrada.

Como consecuencia de los registros realizados en la puerta, la policía detectó que la tercera persona registrada en el control "portaba, enrollada en su cuerpo, una pancarta de grandes dimensiones, que le fue retirada antes de permitirle el acceso a la tribuna".

La nota finaliza insistiendo en que los controles se aplican"sin discriminación alguna y nunca ha habido ninguna queja ni protesta por unas medidas que se vienen aplicando desde hace varias legislaturas".