Ambas centrales creen que sería una grave responsabilidad la confirmación de un doble lengaje del Gobierno de Aznar, "insinuando públicamente su negativa a la utilización de las bases y ofreciendo su apoyo oficiosamente a la intervención de Irak".

No obstante, los sindicatos condenan la dictadura de Sadam Husein y sólo considerarían factible una intervención militar si hay la aprobación y el consenso del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Además, rechazan el embargo internacional contra Irak e instan al Gobiernno a que lleve a cabo los esfuerzos necesarios para poner fin a esta edida "que golpea al pueblo iraquí".

Finalmente, CCOO y UGT expresaron su rotunda oposición a la existencia de armas químicas en cualquier país del mundo y solicitaron un compromiso explícito para que todos los países en el marco de las Naciones Unidas renuncien a las mismas.