Según AI, estas personas son parte de los 33.000 iraquíes que se desplazaron a Arabia Saudí tras la Guerra del Golfo. Desde el principio, las autoridades saudíes se refirieron a ellos como "invitados", negándose a considerarlos refugiados, por lo que su destino era el reasentamiento en otro país o el regreso a Irak, el país del que uyeron.

"El campo, situado en la frontera de Arabia Saudí con Irak, en medio del desierto, está estrictamente custodiado por fuerzas de seguridad militares. Los refugiados están sometidos al toque de queda nocturno y tienen estrictamente prohibido traspasar el perímetro de las vallas del campo", asegura Amnistía.

Desde 1991, la ONU, a través de ACNUR, ha supervisado el reasentamiento gradual en otros países de más de 25.000 de estos refugiados. Sin embargo, no todos ellos han sido aceptados por trceros países, posibilidad que ha disminuido drásticamente desde el 11 de septiembre de 2001.

Según AI, la situación de los 5.000 refugiados que continúan en Arabia Saudí demuestra la ausencia de compromiso de este país y de la comunidad internacional con la situación derivada de los desplazamientos provocados por la Guerra del Golfo.

Por ello, ha alertado una vez más sobre las consecuencias de la guerra entre la población iraquí, los desplazamientos masivos de población huyendo de las zonas de cnflicto y la merma en el respeto de los derechos humanos de esta población.