En una nota de prensa, UGT argumenta que la bajada de precios en agosto ha dependido, "casi exclusivamente", de la reducción de los precios de los carburantes, cuyas perspectivas están llenas de incertidumbres.

Además, el sindicato señala que la inflación subyacente, que no contabiliza ni los carburantes ni los alimentos no elaborados, se sitúa en el 3,6%, la tasa más alta desde agosto de 1996, y que el pecio de los servicios lleva 14 meses subiendo por encima del 4%.

UGT pide al Gobierno que reconozca la pérdida de poder adquisitivo de trabajadores y empleados públicos y modifique su previsión oficial de inflación del 2%.