"El año 2000 termina con una inflación media del 3,4%, un resultado negativo y un 48% superior a la inflación media de 1999 (2,3%). Esto supone que una buena parte de la población asalariada habrá perdido poder adquisitivo, que el diferencial con los países de la zona euro seguirá siendo un serio problema en términos de competitividad, y pone en evidencia tanto la emagogia del Gobierno con sus medidas liberalizadoras como la obtención de beneficios desmesurados en algunos sectores empresariales" expresó Jové.

Según el secretario de Economía de IU, "es evidente que en 2000, en el índice general del IPC (4% interanual), ha influido la mala evolución del precio del crudo, el valor del euro, o los precios de algunos alimentos. Pero estos factores no pueden explicar ni el diferencial con los países euro, ni la componente estructural de los precios. La inflación subycente, que descuenta los productos energéticos y los alimentos no elaborados, también aumenta y ha terminado el año en el 3%".