IPC. UN PUÑADO DE GRANDES EMPRESAS COPAN LOS GRANDES MARGENES COMERCIALES EN LOS SECTORES DEL CERDO Y EL POLLO

- Las integradoras controlan el 98% de las 5.000 granjas avícolas que hay en España, segun la UPA

MADRID
SERVIMEDIA

Media docena de grandes empresas itegradoras, entre las que hay multinacionales como la holandesa Sada o la francesa Doux, copan el gran margen comercial existente entre el precio en el mercado de origen y el de venta al público en el sector del pollo, y lo mismo ocurre en otros sectores alimentarios, como en el del porcino.

Según el Observatorio de Precios de los Alimentos del Ministerio de Agricultura, el kilo de pollo se triplica desde el productor hasta el consumidor, y el kilo de cerdo se multiplica por cuatro.

Ambos sectore se caracterizan por que están en manos de media docena de grandes firmas, conocidas como empresas "integradoras" en la terminología del sector. En el avícola, sólo unas 80 granjas de las cerca de 5.000 existentes en España son independientes (localizadas en Cataluña), según indicó a Servimedia el portavoz de la Plataforma Avícola Estatal, Javier López, de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA).

En cuanto a las explotaciones de porcino, la situación es similar y de hecho algunas integradoas de pollos lo son también de cerdos, como Coren, que controla más del 50 por ciento del mercado de porcino de Galicia.

En el sector avícola, la mayor integradora es la holandesa Sada, del grupo Nutreco, que posee el 34% del mercado según el Tribunal de Defensa de la Competencia. La francesa Doux y la española Uvesa cuentan cada una con cerca del 10% y la gallega Coren, hegemónica en Galicia, tiene un 7% del mercado nacional.

LO ABARCAN TODO

Las integradoras controlan completamente los proceso de producción, distribución y venta mayorista de los productos. Desde la fabricación de los piensos y la cría de las gallinas reproductoras hasta la venta de los pollos y huevos a los hipermercados, supermercados y mercas, todo lo abarcan las integradoras y por ello son quienes se quedan con la mayor parte de la diferencia entre el precio de origen y el final.

Por ejemplo, la integradora proporciona pollitos a las granjas con las que trabaja, según López, les abastece de pienso y cuando el pollo alcaza el peso paga al granjero un precio fijado por la integradora (0,11 euros/kilo).

La integradora sacrifica a los animales en su matadero y la carne de pollo sube a 0,86 euros/kilo. Luego lo distribuye y lo comercializa al por mayor. Cuando lo compra el consumidor, tras añadir el detallista o el supermercado su margen comercial, el pollo cuesta a 2,10 euros/kilo.

Suponiendo que el minorista se lleve el 30% (63 céntimos de euro) y descontando los 11 céntimos del granjero, la integradora se puede levar del orden de 1,36 euros por kilo de pollo (el 65% del precio final).

Pero el verdadero negocio de las integradoras, según UPA, no está en la venta de carne de pollo o de cerdo, sino en la venta del pienso que comen estos animales y que ellas mismas fabrican, controlando su calidad para mejorar su cuenta de resultados.

Así, el granjero paga por el pienso un precio fijo pero las integradoras, en función de la demanda, fabrican el pienso con más poder nutricional o con menos. Si hay mucha demana lo hacen potente y los animales crecen más rápidamente y si el mercado tira poco rebajan la calidad del pienso y los gastos de las granjas aumentan al tardar las aves en engordar, mientras que el precio de venta a la integradora no varía.

Además, hay que tener en cuenta los beneficios de la economía de escala y el control de los precios de las materias primas que poseen estas grandes compañías, porque ellas son sus fabricantes. El resultado es que, si en 1992 el 10% de las granjas avícolas de Españaeran independientes, en la actualidad sólo son el 2%, apuntó Javier López.

(SERVIMEDIA)
01 Dic 2002
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