En su informe de coyuntura económica correspondiente a noviembre del pasado año, Economía incide en la "escalada" de la cotización del petróleo desde rincipios del año pasado, la climatología adversa que afectó a frutas y hortalizas, los aumentos de los impuestos indirectos sobre el alcohol, el tabaco o los hidrocarburos y la puesta en circulación del euro, "cuyo efecto podría haber sido superior al estimado inicialmente".

Entre los factores que han contribuido a que el descontrol de la inflación fuera menor, el departamento que dirige Rodrigo Rato cita la revalorización del euro frente al dólar, hasta superar la paridad, la desaceleración de los cstes laborales y del gasto en consumo final de los hogares y el mejor comportamiento de los productos cárnicos, que subieron de forma intensa a final de 2001 como consecuencia de la crisis de las "vacas locas".

Con todo ello, Economía sostiene que la tasa de inflación actual (su análisis finaliza en octubre, cuando el IPC era del 4%) "tiene un cierto componente transitorio que debería ir desapareciendo de forma paulatina en los próximos meses".

Ante esta situación, el Gobierno advierte de que la esviación del IPC real en casi 2 puntos respecto a la previsión oficial del 2% puede activar las cláusulas de revisión salarial "y convertirse en un factor de presión salarial, que podría deteriorar el positivo comportamiento que vienen mostrando los costes laborales en el actual ejercicio".

Economía apunta que "los precios de la alimentación no están respondiendo a las expectativas favorables que a principios de año se tenían sobre ellos y están siendo una fuente de presiones inflacionistas".

Elhecho del aumento del diferencial de inflación respecto a la zona euro de 0,9 puntos porcentuales a 1,7 puntos "se explica, en gran parte, por los elementos más volátiles: energía y alimentos no elaborados", concluye Economía.