El BSCH recuerda que los bienes industriales y los servicio no han provocado ningún aumento en su IPC, a pesar de mantener un diferencial de precios considerable con los países del euro. Esta ha sido la causa de que la inflación subyacente haya finalizado prácticamente en los mismos niveles que 1998.

Su conclusión es que el repunte es transitorio y que las perspectivas para el 2000 son buenas, debido a la estabilización de los precios de la energía y de los alimentos y a la moderación de la demanda interna.