Los trabajadores no fijos ven peligrar los contratos de investigación que la Administración comenzó a realizar en 1992 y que los científicos del CSIC vieron entonces como un primer paso de reconocimiento a su labor.

Tras vencer los primeros contratos realizados hace tres años, algunos investigadores han comprobado el carácter improrrogable de sus trabajos.

Miembros de plntillas de varios organismos adscritos al CSIC, como el Instituto "Ramón y Cajal", Instituto del Frío, Centro de Física Molecular Catalán y Real Jardín Botánico, entre otros, han firmado comunicados de apoyo a los ya despedidos.

Hasta ahora, más de 300 catedráticos, profesores, investigadores y becarios relacionados con la Universidad o centros adscritos al Consejo Superior de Investigaciones Científicas han mostrado su preocupación por el inicio de los despidos.

Fuentes del CSIC han señalado a Srvimedia que "esos contratos nunca fueron concebidos para convertir a científicos en funcionarios fijos", y añadieron que el 58 por ciento de los investigadores se han colocado tras finalizar su contrato en algún organismo de investigación.

Desde 1992, la Dirección General de Investigación Científica y Técnica, dependiente del Ministerio de Educación y Ciencia, y el CSIC han hecho 325 contratos estables a investigadores.

El salario mensual de un investigador con una experiencia de seis años tras a licenciatura (varios de ellos becados en algún país extranjero) es de unas 160.000 pesetas.