A su vez, los inversores españoles con negocios n el extranjero transfirieron hacia España 743.000 millones de pesetas, con lo que la balanza de rentas de inversión arrojó un saldo negativo de 310.000 millones de pesetas, 96.000 millones mayor que en el mismo periodo del año pasado.

De los pagos realizados a inversores foráneos, 324.000 millones fueron abonados por las administraciones públicas, principalmente a poseedores de títulos de deuda pública, y 431.000 millones más por el sistema crediticio.

Otros 285.000 millones los abonaron empresa no financieras, especialmetne grandes compañías (como las eléctricas o las compañías públicas con mayor presencia internacional), que efectúan pagos al extranjero por la deuda emitida fuera de España o por dividendos de sus acciones en poder de no residentes.

Por lo que se refiere a las ganancias repatriadas hacia España, el sistema crediticio absorbió la mayor parte, como viene siendo tradicional, en concreto 603.000 millones de pesetas.

España ha tenido tradicionalmente una balanza de rentas d inversión negativa, que llegó a registrar un saldo negativo de casi 1,1 billones en 1994, consecuencia lógica en un país que es más importador que exportador de capitales.