La gastroenteritis es una infección o inflamación de la mucosa del estómago y el intestino que se produce por la multiplicación de microorganismos, desencadenada por virus, por alimentos contaminados o por medicamentos.

Los especialistas recomiendan tener especial precaución durante los meses de verano con los alimentos elaborados con salsas que contengan huevo y con el agua queno tenga plenas garantías de potabilidad.

El doctor Vázquez Iglesias apunta que hay que tener especial cuidado con los helados que se venden en quioscos ambulantes y que se preparan de forma artesanal, ya que "en ocasiones, no existe una garantía de que estén en buenas condiciones. Muchos de ellos están producidos con leche y este alimento también se estropea más fácilmente en verano".

Además advierte de que una gran parte de las gastroenteritis registradas verano están causadas por la ingestión e agua no tratada.

"Cuando viajamos", añade, "podemos ir a sitios en los que se bebe agua extraída de pozos o fuentes que no es perjudicial para las personas que lo hacen habitualmente. Sin embargo, nuestro organismo puede reaccionar ante gérmenes que se encuentren en ese agua, lo que puede ocasionar diarreas y, en definitiva, una intoxicación".

Por ello, recomienda que el agua, tanto para beber como para lavar hortalizas o alimentos que vayan a ser consumidos sin ser cocinados, sea esterilizada on lejía (una gota de lejía por cada litro de agua, empleando un cuentagotas). "Además de esta opción, también puede esterilizarse el agua hirviéndola", añade el presidente de la SEPD.

PATOLOGIA MENOR

La mayoría de las personas que padecen gastroenteritis no necesitan ser internadas. Estos cuadros suelen precisar primero ayuno y luego dieta adecuada, y la reposición de agua con sueros orales. "En caso de no poder acudir a la farmacia puede recurrirse a beber Coca-cola o agua con bicarbonato y sal paa recuperar todo los que se ha perdido con los vómitos y las diarreas", apunta.

Para evitar la propagación de estos microorganismos, aconseja mantener los alimentos refrigerados en verano y evitar la ingestión de aquellos que hayan permanecido más de un día a temperatura ambiente.