Según informó hoy el Ministerio del Interior, las nuevas instalaciones, que se suman a las ya existentes en la Terminal 1, acogerán a los viajeros de la T-4 que sean rechazados en frontera y a todos los solicitantes de asilo de las instalaciones aeroportuarias.

La nueva sala cuenta con una superficie de 763 metros cuadrados y dispone de 44 camas para no admitidos y 34 para asilados, así como con 10 cunas desmontables.

En las dependencias interiores hay tres despachos independientes: dos para las entrevistas que realizan los funcionarios de la Dirección General de Asilo y otro más para las que llevan a cabo los responsables de las legaciones diplomáticas.

Se han habilitado, además, seis puestos para la toma de declaraciones, de los que cuatro son para posibles inadmitidos y dos para solicitantes de asilo. Aislada del resto de las dependencias se encuentra la sala de preembarque para los no admitidos y expulsados.

Las nuevas instalaciones, como las ya existentes, disponen de servicios asistenciales y sanitarios. Durante el periodo que permanezcan en la sala, los rechazados en frontera serán atendidos por los asistentes sociales, que se encargan de responder a las necesidades que se les puedan plantear.

Con el fin de hacer más confortable el tiempo de espera se ha habilitado una sala de juegos infantiles, y se han instalado televisores y máquinas de bebidas frías y calientes.

La sala dispone de teléfonos públicos, tanto en la zona de no admitidos como en la de asilados, con el listado completo de los consulados acreditados en nuestro país. Desde estas cabinas se podrán realizar llamadas a cobro revertido internacional y también se podrán adquirir tarjetas telefónicas de prepago.

El servicio de restauración del aeropuerto se encargará de servir las comidas, donde se incluirán menús adaptados por motivos religiosos o dietas especiales y los biberones para los bebés.

Por otra parte, el servicio de custodia se realizará de manera permanente por agentes del Cuerpo Nacional de Policía, que serán auxiliados por vigilantes de seguridad privada.

El aeropuerto de Madrid-Barajas recibe anualmente más de un millón y medio de viajeros procedentes de países no comunitarios. Sólo aquellos que no cumplen los requisitos legales de entrada en nuestro país, son inadmitidos a su llegada España. En otras ocasiones, solicitan voluntariamente que se les conceda la condición de asilado.

En el caso de ser rechazado en la frontera, es obligación de la compañía aérea llevar de regreso al viajero a su país de origen.