En esta ocasión, arrojó a un policía el plato con sopa caliente que le estaba sirviendo y huyó por el pasillo, aunque le interceptaron en la puerta.

Una patrulla de la Policía Municipal localizó el pasado día 10a Pedro Fernández cuando circulaba por la localidad en un "Volkswagen Golf" que había sustraído.

Poco después, sustituyó el vehículo por un "Nissan Patrol", también robado y con las placas de matrícula cambiadas. Los dueños de los automóviles habían denunciado su robo en las comisarías de Fuencarral y Cármenes, respectivamente.

Durante la persecución, Pedro Fernández ocasionó daños por golpes en tres coches estacionados. Finalmente, los agentes le detuvieron, pero mientras esperaba en un cuarto aser interrogado, forzó una ventana y escapó.

Este marte, el fugado fue otra vez arrestado en un bar de la calle Nuncio, de Leganés. Al día siguiente, cuando un funcionario le servía un plato de sopa, recién sacado del microondas, se lo tiró a la cara y trató de alcanzar la calle sin conseguirlo.

Pedro Fernández, de 21 años, posee 12 antecedentes policiales, en su mayoría por delitos contra la propiedad. El jueves, el juez de guardia le pusó en libertad, según informó hoy la Jefatura Superior de Plicía.

QUEJAS DE LOS POLICIAS

Los sindicatos policiales se han quejado muchas veces sobre la obligatoriedad de tener que servir la comida a los detenidos, alegando que son funcionarios y no cocineros.

Sin embargo, la Dirección General de la Policía (DGT) ha abierto expedientes disciplinarios a agentes de varias comisarías de Madrid por negarse a dar la comida a los arrestados.

Los agentes justifican su negativa diciendo que calentar la comida no forma parte de sus obligaciones y que carece de carnés que les acrediten como "manipuladores de alimentos".

TRAFICANTE DETENIDO

Por otro lado, policías de la misma comisaría decomisaron ayer 355 gramos de cocaína y 306.000 pesetas a Benjamín Castillo Escudero, de 27 años, que fue detenido acusado de tráfico de drogas.

En el momento de su arresto, realizado cuando aparcaba su coche frente a un "pub", llevaba un tercio de la droga y más de 200.000 pesetas, según fuentes policiales.

El resto del estupefaciente y del dinero fue localizao en una peluquería de su propiedad, situada en la calle Río Nervión de Leganés, que fue vigilada por los funcionarios al sospechar que su dueño vendía drogas.