El departamento que dirige Juan Alberto Belloch seguirá aplicando las medidas de seguridad que se adoptaron las semanas anteriores a las elecciones al Parlamento Europeo, "porque está claro que hay un comando en Madrid" y ETA "actúa cuando puede y donde puede".

Otras fuentes policiales consultadas por esta agencia expresaron el temor de que incluso la pérdida de casi 100.000 votos por parte de Herri Batasuna en las elecciones europeas puede acarrear una radicalizaión de las acciones de ETA.

En el despliegue policial montado en Madrid participan la Brigada Provincial de Información y tres operativos de las Fuerzas Especiales Antidisturbios. A ellos se han sumado desde hace algunos meses agentes del Cuerpo Nacional de Policía de Sevilla, Valladolid y Málaga, que fueron requeridos para colaborar en la lucha antiterrorista.

Algunas de las misiones de estos agentes consisten investigar los garajes y plantas bajas de edificios que sean susceptibles de ser usado por los terroristas para preparar conches bombas y como lugar para ocultarlos antes de su activación.

Asimismo, los funcionarios policiales comprueban la información facilitada por los ciudadanos en su llamadas al teléfono que la Dirección General de la Policía ha habilitado para colaboración ciudadana en temas de terrorismo.

Interior y Justicia ha destinado también a agentes de policía a controlar vehículos de alquiler (potencialmente utilizables pra desplazamientos de los terroristas e inclusocomo coches bombas), según fuentes policiales consultadsa por Servimedia.

Por su parte, tras el atentado que costó la vida al general Hernández Rovira, Defensa cursó instruciones a los mandos militares para que "sigan a rajatabla" las medidas de autoprotección establecidas por este departamento a fin de prevenir atentados terroristas.

Entre las medidas aplicadas figuran la protección sistemática de las viviendas militares, que los conductores cambien las rutas que siguen cuando trasladan a sus sueriores de su domicilio a los cuarteles o centros de trabajo y comprobar el estado de los coches antes de ponerlos en marcha.