Para el experto en terapia de inserción, cuando un niño ciego finaliza su etapa de formación, tiene que salir a la calle, convivir con videntes, buscar un puesto de trabajo, luchar más que las otras personas y estar,a demás, mejor preparado; unos aspectos que, a su juicio, son más fáciles de lograr con una educación ordinaria.

El problema, añadió, es que la integracin tiene que estar bien hecha "y, en cambio, en la actualidad mantiene un nivel mediocre, marcado, además, por grandes diferencias en función de las comunidades autónomas".

Por su parte, Vicente Ruiz, jefe del negociado de Autonomía Personal de la organización de los ciegos, declaró a esta agencia que, sin embargo, la especialización e integración pueden ser compatibles y hacerse en paralelo.

El principal problema, indicó, es que "la integración necesita de un apoyo que muy pocos lugares y centrospueden ofrecer", y citó el caso de los cinco centros de la ONCE que enseñan a niños y adolescentes hasta los 18 años (Madrid, Sevilla, Barcelona, Pontevedra y Alicante). Además, está aprobado otro en Las Palmas que entrará en funcionamiento en dentro de poco tiempo.

Agregó que el centro madrileño, con unos 300 alumnos, "no sólo se limita a ser un colegio", sino que agrupa a otros servicios necesarios para la integración del ciego en la sociedad.

En las sesiones de trabajo de hoy, también intervin en la conferencia la profesora de orientación y movilidad de la escuela de Educación Especial de Buenos Aires, F. Perla, quién expuso el método del centro argentino para niños con defiencias visuales, basado "en la importancia de valorar la inicitiva del niño".