El precio de un sistema de circuito cerrado de teevisión depende de varios factores, pero, en previsión de que las cámaras fueran objeto de actos vandálicos, deberán ser blindadas.

Conocido como CSTV, un circuito cerrado consta de tres elementos principales: cámaras, cableado de la señal y centro de control con monitores desde donde se realiza la vigilancia. Según uno de los expertos consultados, vigilar una calle de 500 metros obligaría a instalar ocho cámaras, su correspondiente cableado y un centro de control, todo ello por ocho millones de pesets.

La cámara tiene un precio en el mercado de unas 400.000 pesetas. En esa cantidad se incluye, además del valor de la cámara, el soporte blindado en previsión de actos vandálicos, y un dispositivo de `zoom' (aumento) para mejorar la identificación.

El coste varia si se trata de cámaras fijas, con un único ángulo de visión, o móviles, que pueden hacer varios movimientos y son más caras. El número de cámaras a instalar depende del tamaño de la calle y de su situación.

Además, en ciudades comoSan Sebastián, donde los disturbios de los pro-etarras se producen en el casco viejo, es necesario instalar muchas cámaras por el entramado de pequeñas calles que lo componen.

Las imágenes, através de cable o por señal radioeléctrica, irían a parar a uno o varios centros de control, cada uno de los cuales cuesta cuatro millones de pesetas en monitores y videograbadores. El cableado es de estos dos sistemas de transmisión el más caro, pero también el más seguro.