Los hechos se remontan al 28 de septiembre de 1988, cuando Juana de la Torre Tárraga, que entonces tenía 30 años, dio a luz en el Hospital de Albacete. Al día siguiente se le retiró el catéter, "pero cuatro centímentros de mismo quedaron seccionados y dentro del cuerpo" de la mujer, según consta en la sentencia.

La mujer fue trasladada en dos ocasiones al Hospital Primero de Octubre de Madrid, donde fue dada de alta el 15 de octubre de ese año, once días después de que los médicos de Albacete localizaran el lugar exacto en el que se hallaba en trozo de catéter, sin que pudieran extraérselo.

En el parte de alta médica consta que la mujer padace un "embolismo pulmonar por punta de catéter", que no conviene una interención quirúrgica y que hay que controlar de forma ambulatoria a la enferma, que, según dice la sentencia del Alto Tribunal, "padece una serie de dolores y trastornos".

Para el Supremo, el daño persiste y no ha podido ser reparado, aunque la paciente haya sido de alta y sea atendida de forma periódica, por lo que debe ser indemnizada con 30 millones de pesetas. Argulle además que la mujer permanece en una "situación de riesgo" y puede empeorar.

Argumenta el Alto Tribunal que la producción de un dño genera una responsabilidad objetiva a la que debe hacer frente el Insalud, por no haber garantizado unos "niveles determinados de pureza, eficacia o seguridad" en sus servicios.