Rivera ofreció este dato durante su participación en las jornadas sobre inmigración y salud celebradas en Madrid, y organizadas por la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (Fegas).

Explicó que las mujeres inmigrantes acuden más al ginecólogo que las españolas porque tienen una tasa de natalidad mayor, lo que significa que quedan embarazadas más a menudo.

En cuanto a su mayor asistencia al traumátologo, Rivera constató que los trabajadores extranjeros sufren un mayor número de accidentes laborales que los autóctonos.

Por su parte, Pedro Villagrán, portavoz de Sanidad del PSOE en el Senado, indicó que el aumento de la población inmigrante en España no ha sido compensado por un aumento de los servicios públicos.

Además, Villagrán dejó claro que los recursos que aportan los inmigrantes a los servicios públicos son superiores al gasto que realizan (aportan 23.403 millones de euros y consumen 18.618 millones).

Durante el debate abierto en estas jornadas, los participantes destacaron la necesidad de asegurar el acceso al sistema sanitario público a todos los inmigrantes, independientemente de su situación administrativa en España.

Asimismo, se desmontaron tópicos habituales: los inmigrantes han demostrado ser mayoritariamente sanos, utilizan menos los servicios santarios que los españoles y tienen menos tasas de cirugía.