LOS INMIGRANTES SUFREN MENOS ENFERMEDADES CRÓNICAS QUE EL RESTO DE LOS MADRILEÑOS Y VAN MENOS AL MÉDICO
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
La población inmigrante que vive en Madrid padece menos enfermedades crónicas que los demás madrileños y acuden menos al médico y a los servicios de salud mental, según un estudio sobre Inmigración y Salud del Ayuntamiento de Madrid, que muestra también que los niños inmigrantes pasan mucho más tiempo sólos que los madrileños, ven más la tele, están más tristes y tienen más fracaso escolar.
Este estudio, elaborado a partir de entrevistas realizadas a 8.500 inmigrantes en sus domicilios (la mayoría de ellos sudamericanos, subsaharianos y de los países del Este), ha servido de base para hacer un Plan de Salud 2006-2010 específico para los inmigrantes, dirigido a corregir y mejorar las deficiencias en esta materia entre este colectivo, según explicó hoy en rueda de prensa Pedro Calvo, concejal de Seguridad y Servicios a la Comunidad del consistorio.
Este plan, con una gran parte de las iniciativas ya en marcha, incluye medidas para mejorar el acceso de los inmigrantes a los servicios de salud, especialmente a los preventivos; falicitar el acceso a la planificación familiar de las mujeres inmigrantes, y fomentar hábitos de ocio saludables no sedentarios entre niños y adolescentes inmigrantes.
Según Calvo, los resultados del estudio sobre la salud de los inmigrantes serán trasladados a la Comunidad de Madrid, el Gobierno de la nación y el Defensor del Menor para buscar colaboraciones entre todas las administraciones dirigidas también a disminuir el fracaso escolar entre los niños inmigrantes y habilitar medidas para reducir el tiempo que están solos.
Si entre los adultos no hay muchas diferencias en materia de salud entre los inmigrantes y el resto de los madrileños, según demuestra el estudio del consistorio, no ocurre lo mismo con los menores de 16 años, que, por ser en muchos casos familias monoparentales y por razones laborales de sus padres, en el caso de los inmigrantes están más abocados a estar solos.
Los datos indican que los inmigrantes menores de siete años pasan casi una hora al día solos sin un adulto que les cuide, mientras que el resto de los niños madrileños de esa edad no están solos prácticamente nada de tiempo. Además ven más la televisión, ya que el 43% de los que tienen entre 8 y 15 años la ven más de dos horas al día, más del doble de lo que lo hacen los niños no inmigrantes de la misma edad.
Para Calvo, estos datos, unidos a que los niños inmigrantes tienen una peor percepción de su estado de salud y calidad de vida que los otros chicos de su edad, a que se sienten menos felices y a que tienen un rendimiento escolar menor (uno de cada tres niños inmigrantes menores de 15 años tiene un rendimiento escolar regular, frente al 18 del resto de los niños madrileños), pueden convertirse en un factor de riesgo social y de salud en el futuro.
A su juicio, estos datos pueden responder a qué puede llevar a un niño a ser conflictivo en el futuro y a meterse en bandas de delincuentes. "Si un niño pasa demasiado tiempo solo, ve más televisión, se siente más triste y su rendimiento escolar es bajo, podría derivar en problemas de convivencia más graves en un futuro", cree Calvo, por lo que considera que es necesario adoptar medidas correctivas entre todas las administraciones.
CASAS MÁS PEQUEÑAS Y COMPARTIDAS
La encuesta realizada por el ayuntamiento a través de Madrid Salud indica que la mayoría de los ciudadanos de otros países que llegan a la capital son jóvenes y en edad de trabajar (el 65% tiene entre 25 y 44 años), y pertenecen a clases sociales de trabajadores manuales cualificados y no cualificados, el 77%, frente al 46% de los nacidos en España.
Disponen de menos espacio de vivienda que los madrileños (22 metros cuadrados de superficie por persona, frente a los 33 del resto de la población); y el 20% (1 de cada 5 inmigrantes) comparten vivienda con personas ajenas a su familia, lo que, según Calvo, puede generar mayores problemas de convivencia. Además, también es mayor la proporción de familias monoparentales entre los extranjeros (el 17,6%).
Sobre su salud, es bastante similar a la del resto de madrileños, acuden menos al médico en general (el 21,3%, frente al 27,3% del resto de la población madrileña) y a la consulta de salud mental (casi la mitad), presentan el mismo riesgo de sufrir trastornos mentales y padecen menos enfermedades crónicas que el resto de los ciudadanos (el 34% tienen diagnosticadas enfermedades de este tipo, frente al 56% el resto de la población).
Según Calvo, esto último se debe a que los inmigrantes son más jóvenes, aunque reconoció que eliminando ese sesgo los inmigrantes siguen padeciendo menos enfermedades crónicas, por lo que dijo que no hay una razón clara que explique esa diferencia. José Manuel Torrecilla, director de Madrid Salud, opinó que ello puede obedecer a que los extranjeros que sufren enfermedades crónicas no vienen a trabajar a España.
Además, la encuesta muestra que cerca del 10% de los inmigrantes (el 3% en el resto de la población madrileña) se sienten discriminados en el servicio público sanitario, y la mayoría de ellos (el 90%) cree que es por su condición de inmigrantes.
En el caso de las mujeres, la tasa de fecundidad (número de nacidos por cada 1.000 mujeres) es seis veces mayor entre las adolescentes extranjeras que entre las españolas, y la tasa de interrupciones voluntarias del embarazo es también seis veces mayor entre las extranjeras, si bien no significa que aborten más, según Calvo, sino que al haber más embarazos también hay más interrupciones.
En lo que respecta al consumo de tabaco y alcohol, las diferencias entre los que han venido de otros países y los madrileños no son significativas. Los inmigrantes consumen un 2% menos de tabaco que el resto de la población, mientas que el consumo de alcohol es ligeramente superior entre los inmigrantes (54,4%, frente al 50% del resto de la población).
(SERVIMEDIA)
22 Feb 2006
NLV