Así se pone de manifiesto en un comunicado de la plataforma "Cerremos los CIES" en que se explica que Monteagudo, que no ha interpuesto una denuncia formal, "ha sido deportado tras un procedimiento cuyas particularidades permiten sospechar de una posible represalia por las denuncias que llevó a cabo ante los medios de comunicación".

Este ciudadano boliviano fue detenido en febrero y trasladado al CIE de Aluche por encontrarse en situación irregular en España. En el momento de su detención, Monteagudo declaró ante la juez que tenía tuberculosis, una enfermedad de la que, siempre según su testimonio y el de las oficinas de derechos humanos, se estaba tratando.

Pese a poner en conocimiento de la juez que padecía esta enfermedad, Guillermo Monteagudo, de 26 años, fue trasladado al CIE, donde compartió celda y espacios con otros internos.

"La preocupación e insistencia de algunos amigos lograron que se valorase su situación lo que conllevó a su aislamiento en una celda que no cumplía ninguna de las condiciones básicas de higiene y salubridad" (tuvo que hacer sus necesidades en el interior de la habitación, ya que no había baño), relatan la citadas plataforma.

Posteriores demandas posibilitaron que Monteagudo fuera trasladado a un hospital en el que bajo custodia policial, terminó de cumplir el internamiento de 40 días, el máximo estipulado legalmente en España, continúan la misma fuente.

Monteagudo denunció ante varios medios de comunicación el trato recibido en el centro de internamiento, lo que, a juicio de 'Cerremos los CIES', "no gustó mucho en el centro".

Cuando este ciudadano boliviano, instado por el jefe de seguridad del CIE, se disponía a acudir al centro para recuperar algunos objetos personales, fue detenido por cinco policías de paisano que le esperaban a la salida del Metro de Aluche.

Tras su detención, Monteagudo pasó la noche en comisaría, desde donde fue deportado a la mañana siguiente, 2 de julio, a su país natal, Bolivia.

Monteagudo ha declarado desde Bolivia que fue deportado "como un animal, con mordazas, correas de seguridad en muñecas, tobillos, rodillas y muslos, además de con una especie de chaleco de fuerza".

"Me subieron como una bolsa de patatas y amenazándome con que si gritaba me pondrían una capucha negra de tela en la cabeza", ha detallado a las asociaciones de derechos humanos agrupadas en la citada plataforma.

Según "Cerremos los CIES", la deportación de Monteagudo "no es una más", pues "se ha expulsado a un testigo que fue clave en las denuncias contra los centros de internamiento en España y en particular el de Aluche, y que aún estaba en tratamiento de recuperación de la delicada enfermedad, bajo la supervisión de Salud Pública".

Por su parte, fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid declararon a Servimedia que "si hay un maltrato o un abuso de poder, se denuncia", porque "si no hay denuncia, no hay caso".