El nuevo tratado obliga a los empresarios a ofrecer sus empleos con tres meses de antelación y, en caso de que no puedan curirse con población nacional, se abre la puerta a trabajadores extracomunitarios que vienen a España con un contrato temporal cerrado de antemano.

El protocolo marca los procedimientos para la contratación de los trabajadores y procurará que, a los lugares donde falta mano de obra, se puedan trasladar colectivos de trabajadores de otras zonas de España con mayor nivel de desempleo, o bien se contrate a extranjeros.

Se fijarán los tiempos, requisitos, controles y tipo de trabajo que se realizará, iempre buscando que se garanticen las condiciones laborales y un alojamiento digno de los empleados.

El acuerdo garantiza a los trabajadores extranjeros las mismas condiciones laborales que se recogen en el convenio del sector, además de comprometer a los empresarios a abonar los viajes de ida y vuelta y los gastos de traslado de los inmigrantes afectados.

La implantación del procedimiento de contratación de extranjeros se irá desarrollando progresivamente, si bien la pretensión del Ejecutivo es niciar este nuevo proceso en algunas provincias y algunas campañas como la de la fresa.

Además de centrarse en mano de obra extranjera, el protocolo también afecta a las migraciones interiores generadas por las campañas agrícolas y que, en 1998, dieron trabajo a 342.000 personas repartidas en las cosechas de aceituna, cítricos, espárrago, fresa o la vendimia, entre otros.

El protocolo fue firmado hoy por el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Manuel Pimentel, y por los representantes de las aociaciones agrarias Asaja y Coag, los sindicatos UGT y CCOO y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).