La organización humanitaria recoge esta petición al Ejecutivo en un informe titulado "El Ejido. Racismo y explotación laboral", cuando se cumple un año de los ataques racistas ocurridos en febrero de 2000.

SOS Racismo destaca que "en el caso de El Ejido la segregación urbanística adquiere dimensiones dramátcas, que simboliza la exclusión de la vida ciudadana y corresponde a la visión de los extranjeros como fuerza de trabajo y no como personas con múltiples dimensiones y necesidades que habitan en un municipio".

Por ello, esta organización considera "necesaria una política urbanística global que reordene y descentralice los servicios del municipio, los adapte a la población real e invierta el proceso de "guetización" se ha propiciado hasta ahora".

SOS Racismo recuerda que los inicentes xenófobos deEl Ejido de febrero de 2000 "constituyen uno de los actos racistas más graves vividos en Europa en los últimos años".

A juicio de esta ONG, los elementos clave de los sucedido los días 6, 7 y 8 de febrero de 2000 se centran en la explotación laboral de los inmigrantes, la mayoría irregulares, la falta de inspección del trabajo y el alojamiento en infraviviendas que no reúnen los mínimos requisitos.

"No es un exceso de pesimismo anunciar que se repetirán hechos similares en otras zonas donde las cndiciones legales, laborales y sociales de los trabajadores extranjeros sean tan precarias como las de El Ejido", asegura SOS Racismo.

Finalmente, SOS Racismo señala que "el talante xenófobo del alcalde, Juan Enciso, ha marcado la actuación municipal de los últimos años en El Ejido. Tanto sus declaraciones públicas como sus actuaciones han justificado y fomentando la discriminación hacia la población inmigrada".

"En El Ejido no ha habido únicamente una falta de políticas municipales de integració sino una actitud abiertamente xenófoba por parte del alcalde, que lo sitúa en la ultraderecha", concluye la organización humanitaria.