Sánchez hizo estas declaraciones en relación a la paliza que recibió ayer el ciudadano marroquí Mustafá E. en Sant Vicenç de Castellet (Barcelona) por parte de ocho "skins".

A su juicio, esta apaleamiento "es un acto racista, como bien ha dicho la Policía Autonómica, y es un ejemplo de que hay un aumento del racismo social en España, una veces fomentado por grupos de ultraderecha y otrs fomentado por dirigentes de diversos partidos políticos".

Sánchez también achacó este tipo de sucesos racistas a la falta de aplicación de políticas de integración en España, y se mostró esperanzada en que la Justicia imponga una sentencia adecuada a lo autores de esta paliza "de claro contenido racista".

Por otro lado, Sánchez mostró su satisfacción porque la comunidad musulmana de Premiá de Mar y el ayuntamiento de esta localidad hayan llegado a un acuerdo para instalar la mezquita en la antiua escuela Voramar, en vez de construirla en el solar de los musulmanes de la calle Joan Prim.

Según dijo, este acuerdo "prueba la voluntad de negociación de la comunidad musulmana, que estaba en el derecho de poder edificar la mezquita en el terreno que habían comprado".

No obstante, Sánchez destacó que este acuerdo "no será la solución a todos los problemas de convivencia en esta localidad o en otras, sino que hace falta toda una política de integración transversal en toda al sociedad".