Caldera se refirió en los pasillos del Congreso a las declaraciones del rey de Marruecos, Mohamed VI, culpando a España de esta situación. En opinión de los socialistas, fueron unas "desafortunadas" palabras del ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, sobre este mismo asunto, las que detonaron la crisis.

"No creo que sea el mejo modo de enfocar las relaciones con el Reino de Marruecos", dijo Caldera, si bien compartió con el ministro la convicción de que el país vecino tiene "serias responsabilidades" en esta materia "y no está desarrollando adecuadamente sus competencias de control de fronteras".

Sin embargo, Caldera insistió en que la solución pasa necesariamente por la cooperación y el diálogo entre ambos países, exigiendo a Marruecos que controle la frontera, pero a través de un diálogo permanente.

Además, consideróimprescindible involucrar más a la Unión Europea en el control de una frontera exterior, en la cooperación con los países del norte de Africa y en la consecución de una política común de inmigración, cuestiones que, a su juicio, el Ejecutivo no ha sido capaz de lograr.

Por todo ello, Caldera pidió al Gobierno que reconduzca sus relaciones con Marruecos y que reanude las reuniones al más alto nivel, "que se han abandonado y que antes servían para resolver este tipo de problemas".