Rumí respondió en una rueda de prensa a las declaraciones de Azurmendi calificando la multiculturalidad de "gangrena" de la sociedad actual.

En su opinión, estas palabras demuestran que Azurmendi "no tiene el talante" adecuado para desempeñar una tarea "tan importante y delicada" como la coordinación de la integración de los inmgrantes. "No tiene capacidad de diálogo ni voluntad constructiva, sino que se dedica a agitar tensiones", sentenció.

Por ello, junto a su cese "fulminante", exigió también la dimisión de Enrique Fernández Miranda, "responsable de tan desafortunado nombramiento". "Debiera hacerle un favor a su propio ministro y abandonar el cargo", dijo.

Como muestra de la "falta de sensibilidad" del Gobierno en esta materia, Rumí denunció el debate "innecesario" sobre la vestimenta de la niña marroquí Fátima o "ls barbaridades" del ministro Juan Carlos Aparicio al referirse a ellas, demostrando ser "un auténtico analfabeto cultural".

Consuelo Rumí juzgó necesario distinguir entre costumbres y meros signos culturales que no cuestionan las reglas básicas de la convivencia entre las personas, y sentenció que esta polémica no hubiera sido tal si el Gobierno hubiera aceptado el acuerdo ofrecido por el PSOE para encauzar la inmigración.

Es imprescindible, concluyó, que el ministro competente, Mariano Rajoy, suere las palabras "y ponga fin a todos estos disparates", cesando a quienes no tienen las cualidades necesarias y acometiendo medidas concretas.