Mayor Oreja explicó que la regularización por razones humanitarias es un mecanismo extraordinario que deja de ser válido si se convierte en algo normal.

Añadió que es preciso dar los pasos uno a uno y ver a cuántos de los 60.000 ecuatorianos se puede regularizar en la revisión de oficio a la que se está procediendo.

Interior también está buscando medios para instrumentar la salida de inmigrantes antes de que regresen con contrato y además considera neesario ver, no sólo para los ecuatorianos, sino para otras personas, si existen condiciones excepcionales que determinen la regularización por razones humanitarias.

El ministro señaló que "el hábito de la legalidad" es la clave para afrontar la inmigración en la próxima década. Primero, hay que terminar la regularización y después materializar los convenios mediante el contingente correspondiente.

Agregó que, tras la regularización, el Gobierno "va a aplicar la ley" con un sentido común más desarollado que nunca, "porque sabemos que después de los procesos de regularización, evidentemente, están las personas que no han sido regularizadas, y esa es una dificultad". "No vamos a ir a la caza y captura del inmigrante", dijo poco antes el ministro, en respuesta a una pregunta de la socialista Consuelo Rumi.