Esta petición se recoge en una declaración institucional en la que afirman que los religiosos escolapios "han entendido, desde siempre, que la escuela es un espacio privilegiado para ayudar a formarse como personas abiertas, solidarias y comprometidas".

Con esta declaración, titulada "Por una escuela inclusiva", los religiosos dedicados a la enseñanza responden a las críticas recienes, según las cuales los colegios privados concertados en manos de los religiosos cuentan con pocos inmigrantes y alumnos de integración en sus aulas.

Por eso, en el texto se puede leer que "hoy, en España, la escuela para todos es una realidad. Pero nuevas situaciones derivadas de la inmigración, de la exclusión, del fracaso escolar o de otras causas, nos empujan a seguir construyendo una escuela comprometida con los más débiles, una escuela acogedora, abierta a todos, que asume el reto de hacer posile una sociedad y un mundo compartido y diverso, que integre sin discriminación ni exclusión".

Finalmente, esta Orden recuerda que las Escuelas Pías "se han adaptado a lo largo de la historia a las diferentes circunstancias y momentos que le ha tocado vivir. El sueño, el compromiso y el esfuerzo de Calasanz fue la primera semilla, el grano que ha germinado y ha ido creciendo a través de los años".