En declaraciones en los pasllos del Senado, Fernández Miranda comentó la iniciativa referida al colectivo de trabajadores procedentes de Ecuador como un ejemplo de la "generosidad y flexibilidad" tanto de la reciente reforma de la Ley de Extranjería como de la actitud del Gobierno en relación a su política migratoria.

Fernández Miranda, que compareció hoy en la Comisión de Interior del Senado para explicar, a instancias del PSOE, sus planes respecto a los 50.000 inmigrantes que no pudieron regularizar su situación en España durnte el último proceso, afirmó que en las próximas semanas "verán cómo estamos haciendo excepciones y cómo se realizará el mismo esfuerzo por revisar personalizadamente cada uno de los casos, como se hizo en su día".

Explicó el responsable de inmigración que "la voluntad de regular este fenómeno depende de todos, de la sociedad española en su conjunto, y que no sólo consiste en que haya personas que quieran venir a trabajar, sino en que los empresarios se den cuenta de la que única vía posible de contrtación es la legal. Todo eso son matices que deben concretarse en estos momentos entre las partes implicadas".

A este respecto, afirmó que la legislación actual "nos da ahora recursos de flexibilidad que no teníamos en la ley anterior, de valoración del arraigo, de razones humanitarias, etcétera".

En tal sentido, se mostró contrario a volver a prácticas anteriores sobre esta cuestión: "Hay que estudiar de forma personalizada", dijo, "cada una de las peticiones de regularización y no volver a procsos extraordinarios de regularización generales, porque pensamos que no son útiles al objetivo que buscamos, que es regular el fenómeno de la inmigración como un fenómeno positivo".