Tras celebrarse una misa en la iglesia del cementerio, se prodeció a la inhumación de sus cenizas -el cadáver fue incinerado ayer en Valladolid-, en la más estricta intimidad por expreso deseo de la familia.

Mientras, en el hospital de León, Beatriz Cortizo, la hija del comandante que resultó herida en el atentando tras recibir metralla de la bomba lapa adosada a los bajos del vehículo de su padre, evoluciona favorablemente dentro de la gravedad.

Beatriz, de 18 años, recupera la sensbilidad de la mano izquierda y de los dedos de esa misma mano y permanece consciente, según el último parte médico emitido esta mañana por el centro hospitalario. A pesar de ello no se le ha comunicado la muerte de su padre.

La joven ingresó el pasado viernes en el hospital, donde fue intervenida durante siete horas de politraumatismo en el abdómen y heridas graves en brazo y mano izquierdas.

Los médicos le extirparon su bazo y tuvieron que recomponer una parte del hígado, pese a lo cual no es prvisible que surjan complicaciones.

LUTO EN NAVIDAD

Mientras, la ciudad de León recobra la normalidad después de dos días de luto oficial por el atentado de la banda terrorista en la capital leonesa. La concentración silenciosa del sábado, a la que asistieron unas 20.000 personas, fue la más numerosa de las celebradas en la provincia.

Durante el fin de semana de luto, todos los actos oficiales fueron suspendidos, las banderas ondearon a media asta en los edificios públicos y militares y las luce de Navidad fueron apagadas.

A primeras horas de ayer, algunos ciudadanos continuaban pasando por el lugar del atentando a depositar flores en un banco público que se ha convertido en un altar del sentimiento de duelo de todos los leoneses.