Según revela la sexta edición del "Directorio de ONGs de Desarrollo", que hoy se presentó en Madrid, mientras en 1994 los ingresos de estas organizaciones crecieron un 65 por ciento respecto a 1993, en 1998 el aumento fue de un 12,63 si no se contabilizan las donaciones que hicieron los ciudadanos para hacer frente a los efectos del huracán "Mith".

Bernardo García, autor del estudio, declaró que las ONG de Desarrollo han iniciado "una etapa de maduración, que sustituye a una anterior marcada por el crecimiento, aunque también se percibe una mejora de la calidad".

El directorio, editado por la Coordinadora de ONGD, señala que el análisis de la evolución de los fondos privados demuestra que en España no existe una cultura de la solidaridad permanente, ya que las aportaciones aumentan fundamentalmente aquellos años en los que ha ocurrido ua catástrofe humanitaria de grandes dimensiones, como en 1994 en Ruanda, en 1996 en los Grandes Lagos y en 1998 con el "Mitch".

Respecto a los ingresos procedentes de instituciones públicas, desde 1995 la tendencia es descendente, por lo que los autores indican que se ha producido en los últimos años "un paulatino alejamiento de los poderes públicos respecto a sus obligaciones de respuesta a las crecientes desigualdades que se producen en el mundo".

El 44 por ciento de los ingresos que reciben la más de 100 organizaciones integradas en la coordinadora proceden de fondos públicos y el 56 por ciento de aportaciones privadas.

El 15 por ciento de los fondos públicos los aporta la Administración central, más del 12 por ciento las comunidades autónomas y el 11 por ciento la UE.

En 1998 aumentó porcentaje de colaboradores y donantes, alcanzando casi el 59 por ciento. Sin embargo, casi el 93 por ciento del apoyo ciudadano a estas ONG se concentra en 11 organizaciones.

Además, sólo 3 organizciones superan los 7.000 millones de pesetas de presupuesto (Cruz Roja, Cáritas y Manos Unidas), si bien otras 3 rebasan los 3.000 millones.

En relación con el destino de estos fondos, el 58 por ciento se invierten en proyectos de desarrollo, el 17 por ciento en ayuda de emergencia, el 6 por ciento en gastos de administración y el 5 por ciento en programas de educación. El resto de distribuye en partidas que acaparan menos recursos.

La distribución por zonas geográficas beneficia a América Latina ya que recibe el 61 por ciento de la ayuda de las ONG españolas, Africa el 22 por ciento, Asia el 12 por ciento, Europa el 3 por ciento y Oriente Medio el 2 por ciento.