Este aficionado deportista explicó al diario "Hoy" que asiduamente recorre los alrededores del centro para ejercitarse, porque es un lugar tranquilo. Hace unos días le confundieron con un loco y le conminaron a regresar al psiquiátrico, lo que ya era la segunda vez que le pasa.

Al volver hacia Mérida haciendo 'footing', se encontró con la furgoneta del psiquiátrico y el conductor le invitó a subir. Después d tomárselo a broma, el hombre se puso a discutir con los ocupantes del vehículo, ante lo cual, tres hombres se bajaron de la furgoneta y, con palabras "groseras", le obligaron a subirse al coche, según denuncia el afectado.

Sin embargo, cuando ya se veía camino del hospital, tuvo la suerte de encontrarse con un amigo, que le reconoció y logró que le dejaran marchar, después de una larga discusión.

El deportista decidió entonces ir al hospital por su propio pie para presentar quejas ante el jefe d servicio que estuviera de guardia. "Lo peor es que ya me ha sucedido dos veces", dijo el afectado al diario extremeño.