La agresión, perpetrada según todos los indicios durante un ataque de locura, tuvo lugar durante la madrugada de ayer, miércoles. Antonio Maña confesó su crimen a una vecina, María del Carmen Rodríguez, que cuidaba habitualmente a los ancianos, durante la mañana de ayer.

"Me dijo que había matado a las mujeres, pero no lo creí", afirmó hoy Carmen Rodríguez, quien fue a uscar ayuda cuando Aurora y María Pena, que acostumbraban a levantarse muy temprano, no contestaron a sus llamadas.

Otra vecina que acudió entonces a la casa le preguntó a Antonio Maña cómo había matado a su mujer y a su cuñada y le contestó que "primero a una y después a la otra". Posteriormente, el presunto asesino, que tiene que emplear una muleta y un bastón para moverse, declaró que las había matado porque lo maltrataban y no le daban de comer.

El suceso conmocionó a los vecinos del Ayuntaminto de Touro, que consideraban persona tranquila al presunto asesino y que encuentran como única explicación un arrebato de locura.

Las dos mujeres fallecidas, que al parecer fueron golpeadas reiteradamente con el mango de una guadaña, serán enterradas esta tarde en la pequeña aldea donde vivían, San Verísimo de Foxas, en el municipio coruñés de Touro.