Las ayudas tienen un importe de 10.000 euros cada una y persiguen apoyar a los transportistas autónomos para que incorporen vehículos con sistemas que los hagan aptos para personas con movilidad reducida, ya que este equipamiento supone unos elevados costes económicos para los transportistas.

Para la selección de los beneficiarios de la subvención se valoraron especialmente las solicitudes de licencias de ámbitos rurales donde existe una menor oferta de transporte público.

También se priorizaron los vehículos con mejor comportamiento medioambiental en cuanto a emisiones y tipo de combustible. Otra de las cuestiones que se valora es la adquisición de vehículos con mayor capacidad.

La subvención de este tipo de vehículos obedece a la consideración del acceso al transporte público por parte de las personas de movilidad reducida como una herramienta básica para su integración social.

Los vehículos que se van a subvencionar deberán reunir las condiciones necesarias para permitir un acceso fácil, cómodo y seguro a usuarios de sillas de ruedas sin abandonar éstas, como rampas y sistemas de sujeción, así como medidas especiales en las puertas y tarifas impresas en sistema Braille, entre otras facilidades.