El análisis sobre España sugiere también ajustes en los presupuestos para lograr un posición confortable ante cualquier recesión, y apunta a los gastos sociales -pensiones y sanidad- como destinatarios de las reformas necesarias.

Para este orgnismo económico internacional, la reforma introducida en el sistema español de pensiones mediante el Pacto de Toledo "es un paso adelante hacia la solución de los problemas de fondo que tiene este sistema".

Entre los aspectos favorables de la reforma, según la OCDE, figura la duplicación del periodo de cálculo de la pensión, que irá recortando progresivamente la tasa de reposición; y un recorte en los incentivos de la jubilación anticipada.

No obstante, señala el informe, "los ahorros que aporte a reforma distarán mucho de ser suficientes para contener los compromisos futuros del sistema de reparto".

Esto, unido a la falta de un fondo de reserva y al previsible aumento de la dependencia de personas mayores del sistema por el envejecimiento de la población, lleva a la OCDE a decir que "las prestaciones de pensiones son todavía demasiado generosas respecto a las cotizaciones, y la jubilación se produce, en promedio, demasiado pronto teniendo en cuenta el recurso frecuente de las pensiones de inalidez".

La OCDE abunda en que la necesidad de profundizar en la reforma de las pensiones es urgente, porque "la experiencia indica que las reformas se pueden aplicar sólo progresivamente y, por tanto, hay que introducirlas pronto".

Pese a que el Pacto de Toledo contempla que se evalúen sus resultados en el año 2000 para ver si hay que ahondar en las reformas iniciadas, la OCDE advierte que "los retrasos se traducirán bien en ajustes más drásticos para las generaciones en edades centrales, bien e cargas más pesadas para las generaciones más jóvenes".

TAMBIEN LA SANIDAD

Respecto a la sanidad, la OCDE se hace eco de las medidas sugeridas por el Parlamento mediante una comisión que analizó el problema, y de las experiencias de control del gasto que han aplicado algunas comunidades autónomas aprovechando el traspaso de competencias, sobre todo en la gestión de los hospitales.

"Muchos de estos experimentos", añade, "han tenido resultados positivos y apuntan los beneficios potenciales que tedría una reforma más amplia".

Dicha reforma de la sanidad española, según la OCDE, debería mejorar el papel de control que ahora juegan los médicos de atención primaria -en referencia a las incapacidades laborales-, extender a todo el país las experiencias de gestión de hospitales que han tenido éxito y controlar el gasto farmacéutico, sobre todo el que generan los pensionistas, que concentran el 65% del consumo de medicamentos.