En la investigación participaron niños y adolescentes con discapacidad que afirmaron que a menudo les hacían sentir como si fueran una molestia, o simplemente no les tenían en cuenta para participar en las actividades recreativas.

Los autores del documento subrayan que los niños y adolescentes con discapacidad no deberían tener que luchar continuamente para poder participar en las mismas actividades que el resto, ya que el artículo 12 de la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, establece que todos tienen derecho a que sus opiniones se tengan en cuenta en las decisiones que les afectan.

Por ello, Every Disabled Child Matters ha pedido al Ejecutivo británico que cumpla los compromisos adquiridos en materia de accesibilidad, y que las autoridades locales garanticen que todo el personal que trabaja con niños tiene formación sobre la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad.

"Instamos al Ejecutivo para que adopte las medidas necesarias para que los niños y adolescentes con discapacidad puedan disfrutar de las mismas experiencias que sus compañeros sin discapacidad", afirmó Christine Lenehan, miembro de dicha organización.