En un artículo publicado en el último número de "Cuadernos de información económica" editado por Funcas, Laborda puntualiza, no obstante, que el cumplimiento de esta previsió "no es imposible, siempre y cuando el Gobierno adopte las medidas necesarias".

Añade que las iniciativas emprendidas son positivas, si bien tardarán varios meses en hacer efecto, por lo que habría sido más conveniente aprobarlas hace algún tiempo. Adicionalmente, este economista demanda una mayor restricción en la política presupuestaria y que las reivindicaciones salariales no se vean afectadas por el repunte de la inflación.

A su juicio, los datos de los últimos meses demuestran que la reduccin del IPC al 1,4% en 1998 fue algo "circunstancial", favorecido por el buen comportamiento de los componentes más volátiles: los alimentos y la energía. Una vez que ambos factores han dejado de actuar, la inflación se ha acomodado a su tendencia subyacente, que supera la tasa del 2%.

En cuanto al objetivo de déficit público, del 1,6% del PIB, Laborda considera que es "poco ambicioso", si se tiene en cuenta que esta tasa se cerró con un 1,8% el pasado ejercicio. Advierte del peligro de que este hecho ecierre una política fiscal expansiva que recaliente la economía, con los perjuicios que ello ocasionaría en la inflación y la competitividad.

Respecto al empleo, el economista de Funcas opina que este año se desacelerá el ritmo de creación de puestos de trabajo en tres cuartos de punto porcentual, lo que rebajaría su tasa de incremento al 2,5 ó 2,6%.

Con ello, la tasa de paro seguiría descendiendo, aunque a un menor ritmo que el año pasado. En el último trimestre del año se situaría en el 17% de a población activa.

En todo caso, Laborda recuerda que los buenos resultados de 1998 se deben "casi en su totalidad" a la fase expansiva del ciclo económico, pero insiste en que esto no basta para resolver un problema como el paro, de tipo estructural. Por tanto, reclama continuar con la reforma laboral y mejorar la cualificación de los trabajadores.

En cuanto a las perspectivas generales de la economía, la actividad sigue mostrando signos de desaceleración en el sector industrial y, en menor medda, en los servicios, lo que se ve compensado en parte por la intensificación de la producción en la construcción.

Funcas mantiene su previsión de que el PIB crecerá este año un 3,3%. Este menor crecimiento es consecuencia de la caída de la demanda externa neta, mientras que la interna continúa con una tasa de crecimiento sostenido cercana al 5%.