El director de Previsión y Coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), Angel Laborda, dijo a Servimedia que el IPC creció un 0,1%, con lo que la tasa interanual fue del 3,2%. Este incremento se debió sobre todo al encarecimiento del petróleo, que no pudo ser contrarrestado totalmente por el descenso en el precio de los alimentos frescos.

Sin embargo, Laborda confió en que en julio y agosto comience a descender el IPC, gracia a que los precios del petróleo parecen haber tocado techo. Esta tendencia será más apreciable en otoño, de forma que 2000 se cerrará con una tasa del 2,6%-2,7%.

Las previsiones de María Isabel Cambón, del Servicio de Estudios del Banco Santander Central Hispano (BSCH), también apuntan a una subida del 0,1% en junio que se traduciría en una tasa interanual del 3,2%.

En opinión de Cambón, este aumento se debe más a los precios de los alimentos, que han disminuido menos que en junio de 1999, que a os carburantes, que han permanecido estables. También confió en que el IPC comenzará a desacelerarse tímidamente en verano, para después cerrar el año con una tasa del 2,7%.

El Servicio de Estudios de Caixa Catalunya es más pesimista y cree que el IPC aumentó un 0,2% en junio, con lo que la tasa de inflación interanual se situó en el 3,3%, dos décimas más que en mayo.

Este repunte se debió al encarecimiento de los bienes energéticos, que crecieron un 16,9%, y a los fuertes crecimientos de los carurantes y combustibles, con un 23,4%.

Caixa Catalunya espera que los precios se moderen en la segunda mitad del año, de forma que el ejercicio se cerrará con un IPC del 2,4%. En cuanto a la inflación subyacente, continuará estando un punto por debajo del índice general.