En el acto se entregaron los cuadros de El Greco 'La coronación de María', 'San Pedro' y 'San Andrés' pertenecientes a la desaparecida población de Talavera La Vieja (Badajoz) y que permanecían en el Museo de Santa Cruz de Toldeo.

Tras el comienzo del acto, a las 12 de la mañana, con la actuación del grupo de folclore 'Virgen de los Remedios' y con tres horas de retraso debido a las inclemencias del tiempo, las autoridades pronunciaron sus doscursos.

La infanta Cristina destacó el orullo que sienten los españoles hacia los extremeños y pidió a la Virgen de Guadalupe que "este reconocimiento sirva de vehículo de difusión en España y en todo el mundo".

Además, recordó "el pasado histórico del Real Monasterio de Santa María de Guadalupe y la profunda proyección hispanoamericana de este recinto".

Por su parte, Carmen Alborch, que subrayó la importancia de Guadalupe como motor de desarrollo regional, manifestó que "no quiero pasar por alto una característica que se ha sabido imprmir en la conservación y rehabilitación del monasterio".

El arzobispo de Toledo utilizó un juego de palabras para referirse a la crisis de valores y apuntó que "estamos celebrando el patrimonio de la Humanidad y los valores de la Humanidad como patrimonio".

El presidente de la Junta de Extremadura aludió en su discurso a todas las zonas de Extremadura que son Patrimonio de la Humanidad: Cáceres, Mérida y Guadalupe. Respecto al Real Monasterio, manifestó que "con la vuelta de los cuadros de El Greo se cierra una etapa en la historia de Extremadura, cuando no eran sólo obras de arte lo que salía de la región, sino también materia prima: los hombres y las mujeres".

El acto se completó con la visita al recinto y la inauguración de un nuevo comedor en la hospedería del Real Monasterio, diseñado por el arquitecto Rafael Moneo. El Monasterio de Guadalupe fue declarado el pasado mes de diciembre Patrimonio de la Humanidad.