El déficit fue resultado de unos ingresos de 390.300 millones de pesetas y unos gastos de 418.200 millones. De estos últimos 403.900 millones se destinaron a prestaciones sociales, de las que 378.800 millones fueron por desempleo y 25.100 millones para otros fines.

De acuerdo con estas cifras, en los primeros meses del año se había gastado ya un tercio del presupuesto de prestaciones de desempleo, que asciende a 1.184.218 millones de pesetas.

Por lo que se refiere a los ingresos, los obtenidos por cotizaciones se elevaron a 237.900 millones de pesetas, de los que 210.700 millones fueron por cuotas de desempleo y 27.20 millones por las de formación profesional.

El gasto en prestaciones casi duplicó al del mismo periodo de 1990, cuando se cifró en 221.600 millones de pesetas, de los que 210.900 millones se destinaron a la cobertura del desempleo.

Los ingresos por cotizaciones crecieron a un ritmo muy inferior al de los gastos en prestaciones sociales, ya que a finales del primer trimestre se situaron en 208.000 millones de pesetas.

La diferencia entre ingresos y gastos se cubre, hasta el déficit resultantede 27.800 millones de pesetas, con unas transferencias de la Administración de 262.900 millones de pesetas.