Estos empleos, que son los conseguidos a los parados por los propios servicios de colocación del INEM, supusieron el 11 por ciento del total de los registrados en los cuatro primeros meses del año en las oficinas de paro, que ascendieron a 2.424.200.

Eso supone una notable mejoría en relación al nivel de colocaciones registradas por el instituto oficial de empleo en años pasados. En el conjuno de 1994, suponían el 8,3 por cien, pero en ejercicios precedentes llegó a estar situada en torno al 5 por cien.

Al aumento de las contrataciones gestionadas directamente por el INEM han contribuido presumiblemente el repunte de la actividad económica y la situación cada vez más precaria en la que se encuentra los parados, lo que les obliga a aceptar empleos en peores condiciones.

A este respecto, las últimas Encuestas de Población Activa cifran en más de 2 millones los parados que están dispuesos a aceptar trabajo con ingresos menores a los adecuados a su cualificación.

Además, en torno a dos millones y medio tomarían un trabajo con categoría inferior a la esperada o cambiarían de oficio. El principal obstáculo, no obstante, es el cambio de residencia, pero incluso en este apartado más de un millón están dispuestos a cambiar para conseguir empleo.

Los datos de colocaciones realizadas por el propio INEM parecen indicar, por otro lado, que el instituto oficial de empleo se está adaptandoa las nuevas circunstancias, con la proliferación de agencia de empleo temporal.

El INEM se enfrenta al problema de que normalmente los parados de más larga duración y más difíciles de reciclar, que son también los que más problemas encuentran para ser aceptados por las empresas, tienen en este instituto público su última oportunidad para encontrar trabajo.