En una entrevista a Servimedia, Martín Guzmán indicó que el INE realizó un estudio informal cuando surgió este debate "por si pedían opinión al Instituto", pero aseguró que el INE nunca recibió del Gobierno ninguna petición en este sentido. "Lo que ocurrió es que se empezó a comentar ese tema y dijimos:a ver qué pasa", explicó.

En ese estudio interno, cuyas conclusiones fueron trasladadas a Barea, según Martín Guzmán, se eliminaron las partidas que presumiblemente consumen menos los jubilados, como, por ejemplo, gastos en discotecas, gasolina y otros, y al hacer el cálculo "observamos que no variaba prácticamente nada del IPC general".

Además, según Martín Guzmán, hacer un IPC específico para los jubilados de manera correcta "tiene unas dificultades técnicas grandísimas, ya que el IPC se hace cn las ponderaciones del consumo, y cuando vamos a los hogares preguntamos el consumo global del hogar, no preguntamos cuánto pan se come el abuelito y cuánto pan se come el niño".

Por ello, explicó que "sacar las ponderaciones del abuelito por su cuenta requeriría replantear toda la encuesta de consumo, y sería una cosa complicadísima". Además, dijo que el INE cuando elabora el IPC trabaja con hogares individuales, y no colectivos, como, por ejemplo, residencias de ancianos.

"Se lo dijimos a Bare", indicó, "que la idea teóricamente es muy buena, pero en la práctica hacerlo bien es complicado". "Tampoco creo yo que si se hiciera un estudio detallado cambiasen mucho las cosas, puede haber una pequeñísima diferencia", concluyó Martín Guzmán, que dejó claro que la encuesta no está diseñada para hacer un IPC para los jubilados.